Liceínos 20abr17

El día 20 de abril de 2017, formando parte de la "Semana Verde Saludable", promovida por el área de Salud del ayuntamiento de Mieres, con motivo de un mercadillo ecológico a desarrollar en las proximidades del Huerto Intergeneracional municipal, llegó la hora de sacar nuestros productos a la venta. El bancal de ajos contenía algunos que se podían extraer para el consumo.

Todos colaboramos en la extracción de los ajos que mostraban una pequeña espiguilla en su zona superior; pues indicaba que eran los más aprovechables en ese momento.

En el bancal de las lechugas había unas pocas bastante crecidas, así que procedimos a extraerlas con cuidado.

La cocinera macrobiótica Carmen Soto, que iba a cocinar varios productos en la carpa de exposiciones, nos pidió algunos de nuestros ajos para condimentar los platos; nos habló de que al ser productos sin tratamiento químico, de ellos se podía aprovechar todo. Tanto la parte verde, aérea, como la subterránea, más blanquecina, contribuían a mejorar nuestra salud.

Para montar nuestro puesto junto a los de los niños de los otros colegios participantes tuvimos que formar un equipo de porteadores para realizar el traslado. Trabajando en equipo y de forma coordinada no resultó complicado. Luego, le pusimos toldo con varias tiras de papel azul para resguardarnos del sol y cubrimos la mesa con un mantel verdoso para exponer nuestros productos.

Con ilusión expusimos nuestros productos a la venta y nombramos una comisión de varios compañeros que se encargarían de gestionar y guardar el dinero de las ventas. No era mucho lo expuesto: lechugas, ajos, manojos de romero, salvia, menta...; pero, la imaginación nos posibilitó intercambiar productos con otros puestos y ampliar nuestra oferta.

Muy pronto comenzaron a aproximarse compradores: gente que paseaba por las cercanías, abuelos, tíós, padres, conocidos... Poco a poco la mesa de mercancías iba quedando despejada.

Algunos otros productos que incorporamos, fruto de nuestras habilidades mercantiles y de trueque, como una calabaza, rosquillas, empanada... también fueron vendidos con rapidez. En el huerto se quedaron algunos bancales sin extraer, como nuestro patatal, pues las plantas no habían crecido lo suficiente. Ángel nos comentó que los productos restantes, una vez cosechados se entregarían a una asociación solidaria municipal como el comedor AMICOS.

En la zona alta del paseo estaban los puestos de los escolares; pero, en la pradera, juanto a la carpa de exposiciones, había otro mercadillo más tradicional con productos artesanos diversos: jabones, miel, quesos, cerámica, joyería, utensilios de madera,  productores con hortalizas certificadas como ecológicas, cerveza casera, etc.

Cuando acabamos la venta de nuestros productos recogimos todo y fuimos a despedirnos de Ángel. En el huerto quedaban algunos bancales con productos que no habían crecido lo suficiente. Les echamos una mirada melancólica. Al lado otros mostraban la tierra despejada. Habíamos completado el ciclo: preparamos la tierra, sembramos, cuidamos nuestras plantas y, al final, las más crecidas pudimos ofrecerlas para el consumo. ¡Qué experiencia más interesante!

Ahora llegaba el momento de retornar al colegio. La mañana había resultado intensa, provechosa y muy ilusionante. Al alejarnos del huerto nos detuvimos junto al cartel señalizador para posar y sacar una última foto de recuerdo. Nuestras cabezas rebosaban de vivencias enriquecedoras y emocionantes. Por este curso la experiencia había concluido.

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